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Solicitamos controles conjuntos a los Establecimientos dedicados a la explotación comercial de pescado en nuestra ciudad.

 

A través de una resolución que sancionó el Concejo en la sesión del jueves pasado, los concejales entienden que es necesario un mayor control de la actividad en la ciudad.

Ya no hay tiempo para eufemismos. O se está del lado de la legalidad, único marco para resguardar, preservar y promover mecanismos de preservación y concientización del valor de nuestra fauna ictícola, o se está del lado de la ilegalidad y la depredación. Si alguna vez existió algún tipo de excusa para permitir el desmanejo y descontrol existente, a la luz de los acontecimientos, hay demasiadas certezas que nos obligan a actuar en un único sentido.

La realidad da cuenta de la masiva y desmedida explotación que se viene desarrollando sobre este recurso.

Este gran negocio que significa para algunos exportadores de pescado conllevará en el corto plazo a la desaparición de nuestros peces.


Dentro de la jurisdicción del Municipio existen diversos establecimientos comerciales que deben ser controlados con el objeto de colaborar a combatir la depredacion ilegal.

El control sobre nuestros ríos y sobre nuestras rutas, es sin dudas una tarea dificultosa sobre todo cuando no se asignan recursos suficientes para este fin. En este sentido creemos que una política más efectiva se puede alcanzar llevando adelante controles permanentes y en lo posible en forma conjunta con otros Organismos Nacionales y/o Provinciales, sobre los distintos establecimientos que en algún momento participan de la cadena de comercialización de productos, subproductos y derivados de la pesca.

Cada tanto nos enteramos por algún medio periodístico local de algún operativo exitoso que realiza la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Provincia en donde se decomisan, generalmente Sábalos, fuera de medida. Ahora bien, mientras estos esporádicos procedimientos arrojan resultados positivos, toneladas y toneladas de peces fuera de medida son extraídos de nuestros ríos y exportados a distintos países del mundo.

En el mejor de los casos y sin necesidad de llegar a presumir algún tipo de connivencia desde alguna esfera del Estado con estos grupos, podemos afirmar sin ninguna duda que esto no alcanza, y que por lo tanto nuestras pesquerías colapsarán inevitablemente en el corto plazo.

El potencial turístico que tiene nuestra ciudad sobre la base de sus recursos naturales es inmensurable. La riqueza la tenemos al alcance de la mano. No hace falta que vengan inversiones de ningún lado para aprovecharlos. LO UNICO QUE DEBE HACER EL ESTADO ES PROTEGERLA. Y si los recursos no son los ideales para este fin debemos imaginar, buscar y concretar alternativas contundentes, articulando acciones conjuntas con los gobiernos Municipales o Comunales, Provinciales y Nacionales, que apuntando al “corazón” del problema, impidan su desaparición.